Los nuevos perfiles de mujeres explotadas sexualmente en Europa

Palma (Mallorca) from 19 to 25 October 2015
International Congress prostitution from the perspective of the
Human Rights: New Challenges for the XXI century

La explotación sexual es para el gran público el perfecto sinónimo de la trata de seres humanos. Fuertemente mediatizado hasta mediados de la primera década del 2000, este tema ha suscitado numerosos reportajes y artículos de prensa. A pesar de esta atención mediática y la indignación política que le acompaña, la mayoría de los estados europeos no parecen haber tenido éxito en adaptarse a las mutaciones que ha conocido la explotación sexual. Si consideramos la situación de las jóvenes menores o la cuestión del consentimiento no intervienen las cifras de las autoridades competentes reflejando esta incapacidad y/o falta de voluntad. En la mauría de los estados europeos, el núm de menores reconocidas como víctimas d’explotación sexual es muy fiable. Los informes de los diferentes países evaluados por el GRETA indican para Austria en 2011, dos menores identificadas, en 2012 una sola y en 2013 6 menores. La situación es muy similar en Dinamarca con dos víctimas de menos de 18 años en 2010. En Bélgica, en 2012 sólo 8 menores han sido reconocidas como víctimas. En España, sólo 7 menores han sido identificadas en 2011 y  en 2012. En francia, en 2012, 25 menores han sido contabilizadas como víctimas de proxenetismo. Tres países se distinguen demostrando la necesidad de que la identificación y la protección de estas víctimas es posible. Alemania, que según los datos de la policía federal, ha censado 100 víctimas en el año 2012. Italia, que desde hace tiempo está muy avançada en el reconocimiento de este fenómeno, pero que después de algunos años ha visto como un número creciente de regiones no despliegan suficientes recursos para la identificación. En 2012, 114 menores víctimas han sido asistidas en todo el país. Por último, Reino Unido, donde 223 menores víctimas de explotación sexual han sido identificadas.
El objeto de este artículo es el de comprender, más allá de los datos estadísticos de los estados demasiado parcelados, las principales mutaciones que ha conocido la explotación sexual en Europa occidental a lo largo de los últimos 20 años. Quienes son las víctimas actuales? Como son reclutadas? Cuales son sus aspiraciones? Que tipos de dificultades experimentan estas personas? Para ello me basaré en el trabajo de campo realizado en Francia, Rumania y Bulgaria entre 2010 y 2015. Comprender los nuevos perfiles de estas personas nos permitirá tener mejor en cuenta a las víctimas que, como muestran los datos oficiales, quedan en su gran mayoría, ignoradas por las autoridades.
EVOLUCIÓN DEL FENÓMENO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS: EL CASO DE EUROPA DEL ESTE
En función de los países de origen de las víctimas, las mutaciones de la explotación sexual en Europa occidental son muy específicas: el sistema de jóvenes nigerianas controladas por una Madam que mantienen a las chicas en una situación de endeudamiento durante muchos años no tiene nada que ver con la situación de las “marchantes” chinas o de los adolescentes alemanas, francesas, españolas explotadas sexualmente. Respecto a las jóvenes de Europa del este, quienes durante muchos años representaron el número de víctimas más importante en Europa occidental, la estructuración de su explotación ha conocido, en los últimos 20 años, cambios muy profundos. Estos cambios se encuentran con frecuencia en el origen de un gran número de incomprensión sobre la realidad actual de la explotación que se aleja tanto de la imagen de las grandes organizaciones criminales internacionales como del retrato ideal (estereotipado) de la víctima.
Para identificar estas mutaciones hay que revenir sobre la génesis de la explotación masiva de las mujeres en Europa consecuencia indirecta de la intervención internacional a partir del conflicto con la ex Yugoslavia (1991-2000). En 2002, a raíz de la Conferencia organizada en Turin para las Naciones Unidas sobre la trata, el esclavizaje  y el mantenimiento de la paz, se declaró que “el periodo post-conflicto y la llegada masiva de personal relativamente rico para las operaciones de mantenimiento de la paz ha conducido a un desarrollo sin precedente de los burdeles creando una alianza de facto entre los trabajadores de la MINUK y el crimen organizado. En conclusión, en cuanto al tráfico de seres humanos, a raíz de operaciones de mantenimiento de la paz, es preciso admitir que los cascos azules han sido parte del problema.
Para comprender mejor este fenómeno volvamos sobre la cronología de los hechos. El 30 de mayo de 1992, el Consejo de seguridad de la ONU decreta un embargo sobre Serbia que dura hasta 1995. Numerosos tráficos frontereros se cruzan entonces con Rumania, Hungria, Macedonia, Montenegro y Albania para sortear las restricciones sobre el combustible, tabaco y todo tipo de productos cotidianos :ropa, productos de alimentación, cosméticos…Estos intercambios clantestinos crearon miniredes de conocimiento a niveles muy diversos entre rumanos, serbios, bosnios, kosovares, albaneses…
En 1992, la guerra en Bosnia-Herzegovina empujó a la comunidad internacional a intervenir. Este compromiso se materializó con el envio de cascos azules. Después de los acuerdos de paz de Dayton en 1995 esta fuerza internacional conto aproximadamente con 60.000 hombres, con una retirada progresiva en más de 10 años. Esta llegada masiva de militares con un poder adquisitivo bien consecuente, a lo que hay que añadir el numeroso personal de las organizaciones internacionales y de las ONG, proporcionó un golpe de aceleración al trafico de mujeres y adolescentes. Algunos casos fueron señalados a partir de 1992 pero antes de esta fecha la prostitución en esta región estaba fuertemente limitada. El modelo de circulación de las víctimas fue parecido al utilizado por los contrabandistas, pasando por tipos de organización muy variados. Esto hizo que individuos que apenas se conocían se intercambiaran las hijas de un lado al otro de la frontera, a organizaciones más estructurados que controlaban el conjunto desde la filial de reclutamiento al propietario del hotel pasando por la corrupción de aduanas y de policías locales e internacionales. Las adolescentes eran reclutadas con falsas promesas, engañadas por personas próximas o seducidas por sus explotadores. Provenian de Rumania, la república de Moldavia, Ucraina, Rusia, o de Bulgaria, Bosnia o Albania.
En 2000, la ONU identificó 260 clubes en Bosnia-Herzegovina mientras que las estimaciones dadas por las ONG contaban unos 900 clubs en los que el num de adolescentes y de mujeres variaban de 4 a 25 por establecimiento. El informe del HRW puso sobre la mesa las complicidades entre la policía local, federal y las fuerzas de mantenimiento de la paz como la SFOR. Según las ONG locales, el 50% de clientes eran internacionales, principalmente los soldados de la SFOR quienes aseguraban al menos el 70% de los ingresos de estos establecimientos. Esta presencia casi-oficial puso en cruz a la impotencia o la ausencia de voluntad de las fuerzas internacionales para luchar contra este fenómeno. Como atestiguan las encuestas del periodista americano Victor Malarek, los pocos internacionales que intentaron atacar este comercio se ganaron las iras de sus jerarquías y fueron renviados rápidamente a sus países.
En el año 2000, después de los bombardeos de las fuerzas serbias por la OTAN, la llegada de soldados (50.000 hombres) de la KFOR a Kosovo genera un fenómeno similar. Los burdeles florecieron en toda la provincia. A pesar de los mensajes de prevención de las organizaciones internacionales, la práctica ausencia de persecuciones de soldados sobre mandato internacional no permitió acabar con este fenómeno. Sin embargo, en vista de lo que había pasado en Bosnia, el surgimiento de este tráfico era algo más que previsible. Luchar contra ello no constituía una prioridad de la comunidad internacional, como lo deploraba en la época Amnistia Internacional. Actualmente este tráfico todavía continua. Regularmente las operaciones policiales llevan al descubrimiento de jóvenes chicas de Moldavia, de Ucraina o de Kosovo que son explotadas sexualmente en los clubes nocturnos.
A raíz de la implantación geográfica de las redes (albanas), Kósovo se transformó rápidamente en una rueda giratoria del tráfico de mujeres hacia Europa occidental. Sus burdeles fueron utilizados como punto para las chicas enviadas a Italia, Inglaterra, Bélgica, al los Países Bajos, a Suiza, a Alemania o a Francia. Después de más de 15 años de explotación sexual a gran escala, la trata de seres humanos se ha estructurado de forma estable en estos países. Las redes se han internacionalizado haciendo muy difícil combatir hoy dia este fenómeno.
La implantación de grupos criminales kosovares en estos países condicionó la elección de los destinos. Las redes más antiguas, que datan de los años 70, especialmente activos en el tráfico de drogas en Europa occidental, invirtieron puntualmente en la explotación sexual de jóvenes.
El desarrollo de la trata de seres humanos en los Balcanes está vinculado a una serie de acontecimientos geopolíticos y la complicidad pasiva de la comunidad internacional. Sin apenas riesgo y muy lucrativo durante casi 10 años, este comercio ha prosperado. La lenta toma de consciencia de las políticas europeas y la reducción de la presencia internacional en los Balcanes empujaron a los traficantes a cambiar de estrategia. A partir de 2005, las redes serbias, bosnias, kosovares y albanesas más potentes se desinteresaron de la prostitución de calle en beneficio de otros tipos de tráfico considerados más lucrativos: drogas, tabaco o armas.
No obstante, la explotación sexual de las mujeres no fue abandonada, pero las formas cambiaron. Los lugares cerrados de prostitución fueron preferidos, sobre todos en los países en los que la prostitución se había convertido tolerado o legal. Su desaparición sobre los segmentos de la calle dejó sitio a la presencia de las redes rumanas, búlgaras, nigerianas comprando con frecuencia “el consentimiento” de la víctima por un sistema ficticio de repartición de beneficios y la perspectiva de convertirse, a su vez, en proxeneta. Con el fin de adaptarse a la represión policial, las formas y los modos de reclutamiento cambiaron así como también el perfil de las víctimas. Estas mutaciones tuvieron como efecto el aumento de la explotación por parte de micro-organizaciones sobre una base geográfica y comunitaria, afectando sobretodo a las minorías rom (gitanos) de estos países.
Despues de 2009, hicieron su aparición grupos más importantes, en cuanto al volumen de chicas explotadas. Permanecen bastante alejadas de las organizaciones internacionales regularmente descritas. En 2010, se abrió una investigación sobre uno de las redes de prostitución más importantes que explotaba chicas rumanas en los boulevards de Maréchaux en Paris. Según los investigadores, se trataba de dos grupos familiares originarios de Petrosani y de Lupeni en Rumania. De las 17 víctimas censadas, de las cuales 2 eran menores, prácticamente todas tenien vínculos de parentesco: hermanas, primas, madre, tia… Esta dimensión familiar era la que constituía la base de reclutamiento sin que ello fuera sinónimo de ausencia de malos tratos. Cuando no conseguían suficientes ingresos las chicas eran maltratadas. Igualmente, se les alojaba en garajes sin apenas calefacción situados en los suburbios parisinos.
Después de 2005 la explotación sexual de calle de chicas jóvenes en Europa del Este se limita a grupos restringidos que se apoyan sobre una base geográfica, comunitaria, familiar o individual. Si estas pequeñas organizaciones tienen más libertad para ocupar la calle, la razón de su desarrollo está relacionado con el repliegue de las redes de Europa del Este sobre los circuitos más discretos en los países donde la prostitución no es tolerada: prostitución en lugares cerrados o via internet. Los salones de masaje, bares con “azafatas”, barras americanas, sex-shops se transforman parcialmente en burdeles clandestinos. El informe de la OCRETH de 2009 contabiliza, en Francia, 481 establecimientos de este tipo que presentan un riesgo de prostitución. Paralelamente, con la democratización de internet, las redes de Europa del este ponen en marcha los sex-tours. El sistema ya es bien conocido a dia de hoy. El cliente que desea “reservar” una chica por un cierto tiempo, entra en un portal internet situado en países donde la prostitución es legal. Elige sobre foto una “azafata” o una escort-girl que está de pasada por su ciudad. Para confirmar la reserva, introduce un número ruso, ucraniano o rumano. Una vez las formalidades se han llevado a cabo, recibe un SMS indicando el nombre del hotel donde se llevará a cabo la relación tarifada. Para complicar el trabajo de los investigadores, cambian a las chicas de ciudad cada tres días de media. La utilización de las nuevas tecnologías de la comunicación por parte de los proxenetas  les permite controlar a sus víctimas desde el extranjero. Los riesgos penales son así muy reducidos.
En los países europeos donde las redes de prostitución son toleradas o legales (España, Alemania, Suiza, Holanda, Bélgica) la explotación sexual de chicas jóvenes, mayores y menores de edad, está bien lejos de desaparecer. Regularmente los negocios implican un nombre importante de víctimas y demuestran que la tolerancia para con este tipo de establecimientos no viene acompañado de una reducción del fenómeno de la trata de seres humanos. Bien al contrario. En 2013, en uno de los lugares más conocidos de la Jonquera, localidad situada en la frontera francesa, fueron identificadas 215 víctimas en una única red de explotación. El estracto del artículo aparecido en el periódico Metro describía brevemente el funcionamiento.
“las chicas deben “apuntarse” a través de un lector de huellas digitales antes de encarar las jornadas de trabajo de 14 horas en burdeles “gigantes”. La policía española ha anunciado el miércoles por la noche el desmantelamiento de una red de proxenetas rumanos en La Jonquera. Una pequeña ciudad del norte de España, a solo 30 kilómetros de Perpignan, convertida en importante lugar de prostitución que alberga desde 2010 el burdel más grande de Europa, El Paraiso. “Con el objetivo de someter a las chicas, los proxenetas las amenazan, les pegan y las violan permanentemente, las mantienen en un régimen de semiesclavitud”, explica la policía en un comunicado. Las víctimas, jóvenes rumanas, son traídas a España apenas cumplen los 18 años. “las tientan con falsos empleos como cuidadores de niños o de personas mayores en España”.En total 19 personas han sido arrestadas, pertenecientes a dos grupos, el primero, compuesto por ciudadanos romanos instalados en la región de Brila en Rumanía y el segundo, encargado de administrar un “burdel gigante” en España”.
Comparando la amplitud de las redes desmanteladas en Francia a las de sus vecinos europeos España, Alemania, Bélgica y Reino unido el número de jóvenes explotadas sexualmente provenientes de Europa del Este es netamente más débil. Después de 2005, no hay más negocios que involucren un número de víctimas tan considerable. La explotación parece haberse desplazado a adolescentes, chicos y chicas, susceptibles o en riesgo de cometer delitos (en riesgo de exclusión social). Estas diferencias entre los países europeos ilustran la adaptación de grupos criminales, cualquiera que sean sus grados de organización, a las legislaciones nacionales y a las prácticas policiales y judiciales. Éstas dan forma, inconscientemente, a la trata de seres humanos, la edad de las víctimas, las formas de control psicológico, etc. En cambio, en los discursos políticos, esta realidad es ocultada en beneficio del fomento de la condición de extranjera de la víctima o de los explotadores, convirtiéndose en la única causa explicativa del fenómeno.
RECLUTAMIENTO: MANIPULACIÓN, VIOLENCIA Y SENTIMIENTO AMOROSO
Desde hace algunos años la mayoría de jóvenes rumanas reencontradas en las diversas metrópolis de Europa occidental entran en la prostitución forzada siguiendo un joven del que se han enamorado algún tiempo antes. El control psicológico reposa en este caso en un sentimiento ambivalente. El proxeneta es a la vez el extorsionador y el protector, pero sobre todo, el que le hace soñar con un futuro mejor. Por sorprendente que pueda parecer, este sentimiento se puede prolongar incluso meses después de la explotación y la presencia de otras jóvenes. Esta ilusión amorosa es probablemente cultivada de forma inconsciente para encontrar un poco de confort y aferrarse a una esperanza. En este contexto, intentar escalar en la jerarquía de estas pequeñas organizaciones es a la vez una via de salida y un medio de aproximarse a un ideal soñado. Los proxenetas han comprendido el interés de cultivar este vínculo. Supone la ventaja de desviar los odios (el rechazo) no tanto sobre el explotador si no sobre las otras chicas percibidas como rivales. El estudio Feed Back, basado en una serie de entrevistas sobre ex víctimas de explotación sexual que aceptaron una protección, confirma esta idea.Incluso después de haber salido de la explotación, la persona que suscita todavía rencores y celos de la parte de las víctimas no es el proxeneta sino la “teniente”. Detrás de este nombre se esconde una persona, también víctima, cuya misión suplementaria es la de controlar a las otras chicas. Este envidiado “puesto” demuestra que, conseguir estar en pareja con un proxeneta o un cliente es percibido como un medio de salir de la explotación.
La presencia de una deuda como técnica de control también es utilizada de forma regular. Según la situación, esta deuda es explícita (por ejemplo entre las nigerianas). La suma a reembolsar es conocida y se integra en un proyecto de futuro. Muchas chicas jóvenes esperan que con el dinero acumulado durante el periodo de prostitución, podrán comprarse una casa y/o vivir con su explotador, a quien consideran su novio/chico. Esta deuda tiene como objetivo demostrar a las víctimas que el periodo de explotación es limitado. Que en el futuro podrán ponerse rápidamente por su cuenta. Este deseo de salir lo antes posible de un sistema de dependencia es manipulado regularmente por los proxenetas para empujar a las chicas a asumir riesgos. Moldavas, ucranianas, rumanas que hasta 2005 eran forzadas a prostituirse en Europa occidental bajo el pretexto que habían contraído deudas, se les propone, al cabo de un periodo, una modalidad de reembolso que consiste en reclutar chicas nuevas. Concretamente deben volver a sus países y convencer, con engaños, a sus amigas de que las acompañen. Con anterioridad, su proxeneta había convenido, por ejemplo, una suma de 3000 por chica reclutada, lo que supone una oportunidad más atractiva que la de continuar prostituyéndose. Esta estrategia de salida de la explotación era motivada por los mismos traficantes, que delegaban así el reclutamiento, es decir, los principales riesgos penales, a antiguas víctimas.
Actualmente, dentro de organizaciones en las que el tamaño es limitado, el control psicológico representa una mezcla entre seducción, promesa de acceso a un estilo de vida y resignación. Actualmente existes numerosas variantes locales sobre las formas de reclutamiento. Con el fin de ilustrarlo, tomamos el ejemplo de Bulgaria, donde en función de las principales regiones de reclutamiento, las modalidades varían.
El caso de Sliven
Sliven es una de las ciudades búlgaras más afectadas por la explotación sexual. Hasta 2007 los métodos de coerción de las chicas estaban basados en la violencia. Una parte de las que habían sido explotadas en el Benelux fueron revendidas a proxenetas albaneses. 6 o 7 años después, según las entrevistas realizadas por los mediadores y diferentes interlocutores en el barrio, la mayoría de chicas es considerada voluntaria. El reparto de ganancias entre el proxeneta  llamado “manager” y las chicas será muy precisa: 50 % - 50 % ou 70 % - 30 % si el « manager » cubre el alojamiento y manutención en el estranjero. Siguiendo el recorrido de algunas « voluntarias », se añaden otras obstáculos por las presiones a las que les someten sus « managers » o sus « novios » a consumir droga. Una vez entradas en esta rueda, su adicción se convierte en un medio de esclavitud. 
En Sliven, la prostitución no afecta únicamente los barrios rom, en los que abundan las jóvenes chicas pobres, las alumnas de los liceos de lenguas estranjeras y de Belas artes se marchan regularmente al extranjero para prostituirse (España, Alemania, Suiza). Los responsables de los centros escolares (liceos) señalan una proporción de 5 a 10% de estudiantes implicadas en estas arriesgados movimientos.
Según nuestros interlocutores (mediadores y fiscal), las chicas jóvenes más vulnerables a la explotación sexual de esta región son las que tienen entre 13 y 16 años provenientes de localidades próximas. Son muy fáciles de reclutar a través de los lover boys que actúan a la salida de las escuelas, con frecuencia distantes de sus localidades de origen en más de 10 kilómetros. Las localidades de las minorías turcas situadas en las montañas son particularmente expuestas a este fenómeno. Las chicas reciben en su casa una educación muy estricta y tienen muy poco acceso a los productos de consumo. La llegada al instituto, situado lejos de su localidad (que dispone únicamente de una escuela primaria) incita al nacimiento de un deseo de libertad muy fácil de manipular por los lover boys. Si la fascinación por la ciudad, las necesidades afectivas y el deseo de libertad son los principales vías de entrada utilizados para crear un control basado en los vínculos amorosos. Según una investigación llevada a cabo por un fiscal de Sliven, varios lover boys que reclutaban chicas por su cuenta, se apoyaban también sobre conocimientos psicológicos precisos para detectar y manipular mejor a las chicas jóvenes más frágiles.
Una vez seducidas, las chicas son explotadas sexualmente a cuenta de su “nuevo novio” en Sliven. A los 18 años después de haber practicado esta actividad, una parte de ellas son enviadas al extranjero
El caso de Pazardjik
Otra ciudad en Bulgaria, conocida por el tráfico de chicas jóvenes, ha desarrollado otro modelo de reclutamiento basado en la creación de un vínculo de control amoroso y familiar.
Una parte importante de la economía del barrio rom de Pazardjik se basa en la prostitución. El número de proxenetas seria de 300 y el número de chicas por cada proxeneta seria de 2,3 de media. Según nuestros interlocutores del barrio la mayor parte de la víctimas son reclutadas de los pueblos de las proximidades a través de los lover boys. Una vez seduida, la joven integra la mayor parte del tiempo la familia del lover boy/proxeneta. Si este último no está casado civilmente con su mujer, para aumentar el control psicológico, se casa con la chica. Allí donde las chicas viven en el seno de la familia, son relativamente bien integradas a la célula familiar en la que duermen, comen y comparten la vida cotidiana. Son percibidas por los miembros de la familia (mujer y/o hijos) como una segunda mujer que sirve de “carta de crédito” según la expresión de nuestros interlocutores. Siempre según las personas de la comunidad, si el número de chicas por familia es limitado, es sobre todo para evitar conflictos relacionados con los celos entre las chicas.
A nivel de la estructura, cada proxeneta es independiente. Lo cual no impide la existencia de asociaciones temporales entre ellos basadas en vínculos familiares o de vecinaje, para controlar mejor un territorio en el extranjero. Los intercambios de chicas pueden tener lugar entre ciudades de un mismo país (por ejemplo Bordeaux, Limoges, Toulouse) pero también de diferentes países (Munich i Gand) donde los proxenetas de Pazardijk i Plovdiv que controlan los lugares de prostitución se instalan localmente tras varios años. Esta prostitución en el extranjero tiene lugar en la calle, en apartamentos o en hoteles (del modelo de los sex tour) o cuando es el caso en establecimientos donde la prostitución es autorizada.
Los proxenetas que tienen problemas con la justicia o la policía en el extranjero se refugian en Pazardijk con el fin de “caer en el olvido”. Las jóvenes chicas que ellos controlan se prostituyen entonces en la carretera del eje Plovdiv-Sofia.
DEL DESEO DE RECONOCIMIENTO SOCIAL A LA EXPLOTACIÓN SEXUAL
Actualmente, la mayoría de las chicas jóvenes explotadas sexualmente saben, en el momento de su reclutamiento, que ellas van a tenerse que prostituir. Esta lucidez que debe ser relativizada, ya que son sistemáticamente engañadas sobre sus condiciones de trabajo o la repartición de los beneficios, enlaza con la imagen de la víctima ideal: inocente, naif, engañada, maltratada. Con el fin de comprender mejor los mecanismos psicológicos y sociológicos que llevan a chicas jóvenes a entrar en la prostitución es necesario tener en cuenta su deseo de prestigio social.
El estudio de S. Lazaroiu y L. Ulrich sobre un centenar de chicas rumanas de entre 15 y 25 años, víctimas de la trata, permite comprender mejor la importancia de esta dimensión. Sus autores han intentado identificar los factores de vulnerabilidad que han conducido a la explotación sexual, midiendo la distancia de situaciones entre el grupo “vulnerable” compuesto de antiguas víctimas, y un grupo considerado no vulnerable, constituido por una muestra representativa de esta franja de edad que no han conocido situaciones de trata. Sin demasiada sorpresa, los resultados indican que cuanto más joven es la víctima más vulnerable es, igualmente ocurre con el nivel de estudios, cuanto más débil es éste, el riesgo de ser explotadas es más importante….La investigación introduce criterios sobre las representaciones de las víctimas. Así, entre las chicas del grupo vulnerable, a la pregunta de “que es lo que más deseas en la vida?” el 40% responden “tener dinero, vivir bien, tener suerte”. Mientras que entre las chicas del grupo no vulnerable, sólo el 18% da la misma respuesta. Además, el 90% de las chicas “vulnerables” desean tener más independencia respecto a sus padres, contra el 71% del grupo no vulnerable. Estas representaciones no son exclusivamente condicionadas por un contexto familiar pesado. En efecto, el 35% de chicas jóvenes víctimas afirman haber asistido a disputas o violencia en el seno de su familia, lo que significa que dos tercios de las víctimas no han sido confrontadas a estas situaciones. Además, 16% de la muestra no vulnerable ha conocido el mismo tipo de violencias. Los orígenes modestos, el bajo nivel educativo o la violencia familiar no parecen ser pues los únicos factores que conducen a la trata como dejan entrever la mayoría de estudios sobre la cuestión. Lo que caracteriza a las víctimas, aquí, es su voluntad de escapar a una condición social, que les lleva a aceptar prostituirse para conseguir sus objetivos. Mme Rotaru, psicóloga en una ONG que trabaja sobre la prevención y la reinserción de víctimas de trata a Craiova (Rumania), confirma esta idea. La mayoría de chicas jóvenes que ella ha seguido, cayeron en la trampa de hombres jóvenes que les propusieron el estilo de vida deseado. En su mayoría, ellas fueron captadas en las discotecas y bares que frecuentaban para escapar puntualmente a un entorno familiar pesante. En cuanto hizo su aparición un joven que encarnara el dinero fácil, las salidas o la vida en el extranjero, se aferraron ciegamente. La psicóloga explica que, a pesar de las advertencias de los profesionales sobre los riesgos a los que se exponen, estas adolescentes les responden que prefieren prostituirse para seguir a su amigo que quedarse en las puertas del ascenso social.
Esta búsqueda de prestigio suscita entre los profesionales y en la opinión pública una incomprensión hacia las víctimas y sus aspiraciones, con frecuencia idealizadas, y consideradas como necesariamente no consentidas. La atracción por el éxito material viene a paliar seguramente los déficits afectivos pero también debe ser interpretado como una voluntad, que atraviesa a todas las sociedades, de un deseo de reconocimiento particularmente exacerbado. Esta voluntad de escapar a su condición, cualquiera que sea el medio, traduce este deseo de ser reconocido en un medio en el que todo parece cerrado. Cuando estas chicas están a cargo de hogares de acogida, estas adolescentes demuestran capacidades de adaptación y de voluntad impresionantes provenientes de su deseo inicial de acceder a un estatus más elevado a través, esta vez sí, de la obtención de un trabajo y por tanto, de ingresos.
CONCLUSIÓN
La explotación sexual en Europa occidental ha conocido profundas mutaciones a lo largo de los últimos 20 años. Las grandes organizaciones criminales se han reorientado, en parte, hacia el tráfico de droga, de tabaco, de inmigrantes, el inmobiliario, etc. dejando sitio a micro-organizaciones que tienen mayor facilidad de acceso a formas de manipulación psicológica que a la violencia. Estos cambios han hecho más difícil combatir este fenómeno. En efecto, las investigaciones sobre estas micro-organizaciones son poco motivantes para los investigadores, ya que resultan tan complejas como las de los grupos criminales más estructurados. Las víctimas se encuentran en medio de conflictos de lealtad hacia su familia, hacia su su novio… y rehúsan hablar o denunciar. Son necesarias largas horas de escuchas telefónicas, así como procedimientos complejos de demanda de identificación en el país de origen… Estas dificultades explican una cierta reticencia de los servicios especializados, con efectivos reducidos, a lanzarse a investigaciones donde se obtienen resultados inciertos y relativamente limitados. Las víctimas de explotación sexual son pues consideradas únicamente como prostitutas para justificar esta no-intervención. Sin embargo, de acuerdo con las convenciones internacionales los países de la UE se han implicado para combatir este fenómeno y a destinar más medios para asistir a las víctimas de trata de seres humanos. Las soluciones existen. A fin de favorecer la identificación de las víctimas, la creación de una agencia, independiente de las investigaciones penales, encargada de evaluar la condición de víctima de trata de seres humanos ha mostrado su eficacia. Por otra parte, la ausencia de garantías suficientes de protección, la obligación de cooperar con la policía a fin de poder beneficiarse de la condición de víctima, es con frecuencia inhibitoria (desmotivadora).
Si bien estas recomendaciones han sido infinitas veces recordadas a los estados, a la vez que han demostrado su eficacia en los pocos países en los que se ha aplicado (Reino Unido y Italia), las reticencias a ponerlo en marcha así como la aplicación muy parcial de la directiva UE/2011/36 muestra la falta de voluntad política de la mayoría de países de Europa occidental. La obligación de protección de las víctimas de trata de seres humanos hace temer a los estados la apertura de una via de regularización de la inmigración clandestina. Esta visión confirma que la explotación sexual es considerada como un fenómeno que afecta únicamente a personas inmigradas de países pobres. Sin embargo, al contrario de la imagen vehiculada, la trata de seres humanos, incluidos menores y mayores, no se caracteriza por la extranjeridad de las víctimas. En Holanda, Reino Unido como en Alemania, según las estadísticas oficiales, las víctimas adultas más afectadas por este fenómeno son los nacionales. Si las cifras son matizadas por las garantías de que disponen las víctimas a raíz de una denuncia, significa que la trata no se limita a ciertas categorías sociales consideradas marginales. De la misma manera que la violencia a las mujeres han acabado por ser reconocida como un fenómeno que puede ser presente en todos las capas de la sociedad, la explotación sexual de niños, mujeres y hombres, puede ser realmente combatida, sólo necesita ser considerada como un reto de toda la sociedad.
BIBLIOGRAFÍA
Jelena Bjelica, Prostitution : l’esclavage des filles de l’Est,  Paris, Le Courrier des Balkans/Editions Paris- Méditerranée, Paris, 2005.
Mă lin Bot, Mafia Camătărilor , Humanitas, Bucarest, 2004.
Danielle Bousquet et Guy Geoffroy, Rapport d’information n°3334, Prostitution l’exigence de responsabilité. En finir, avec le mythe du  « plus vieux métier du monde », Assemblée nationale, Paris, 2011.
Carmel Camillieri (dir.), Stratégies identitaires,  PUF, Paris, 1990.
Philippe Chassgne, Kolë Gjeloshaj, « L'émergence de la criminalité organisée albanophone », In Cahiers d'Etudes sur la Méditerranée Orientale et le monde Turco-Iranien, 2001.
M.Chimienti, « Prostitution – une histoire sans fin ? », In Sociétés, n° 99, p. 11-20, Paris, 2008.
Ivan Č olović , Le Bordel des Guerriers , Non lieu, Paris, 2009.
Yvonne Debeaumarche, Film-documentaire Trafic , Producteurs : ARTE France, DOC EN STOCK, 2008.
Jean-Arnault Dérens, « les Balkans Paradis de la mafia ? », In La Libre Belgique, édition du 3/02/2009.
J-F Gayraud Le Monde des mafias , Odile Jacob, Paris, 2008.
Leslie Holmes, « Crime, organised crime and corruption in post-communist Europe and the CIS », Université de Melbourne, Victoria, 2009.
Milena Jaksic, « Figure de la victime de la traite des êtres humains : de la victime idéale à la victime coupable », In Cahiers internationaux de sociologie, vol. 124, pp. 127-146, Paris, 2008.
Victor Malarek, The Natashas, The new Global Sex Trade , Westwood Creative Artists Ltd, Toronto, 2003.
Norbert Mappes-Niediek, Balkanska mafija, Dražve u rukama zloćina : opasnost za Europu,  Durieux, Zagreb, 2003.
Olivier Peyroux, Délinquants et victimes, la trait des mineurs d’Europe de l’Est en France, Non lieu, Paris, 2013.
ALC (Accompagnement Lieux d'Accueil Carrefour), Etude Feed Back,  Projet Daphné II sur des femmes victimes d’exploitation sexuelle dans 5 pays d’Europe, Nice, 2008.
Amnesty international « Mais alors, on a des droits ? » La traite des femmes et des jeunes filles prostituées de force au Kosovo : protéger leurs droits fondamentaux , Serbie et Monténégro (Kosovo), 2004.
ANITP (Agenţ ia Naţ ionala împotriva traficului de persoane) Aspecte privînd fenomenul traficului de femei în România , Bucarest, 2009.

C enter for the study of democracy Organized crime in Bulgaria : Market and Trends , , Sofia, 2007.